Entrevista a un Traductor Profesional
Sheila Pistolesi
Marina Solaz Corts
MadalinaBirsan
Traducción general 2 italiano/español-catalán
Sheila Pistolesi
Traductora e intérprete de español e italiano para empresas y clientes particulares. Su larga trayectoria profesional le ha dado experiencia en textos tan
diversos como documentos financieros, folletos turísticos, documentos históricos, manuales de instrucciones, manuales técnicos, páginas web, textos económicos y auditorías, entre otros. Además de
esto, ha realizado trabajos de edición, corrección de estilo, corrección ortográfica y tipográfica, redacción de textos en italiano y español, trabajos lexicográficos, gestión de blogs,
newsletters etc.
Se formó en Alma Edizioni S.R.L y actualmente trabaja como traductora y revisora en KOMETA Group, una empresa de consultoría que ofrece servicios integrados
para oficinas, comercios, artesanos y profesionales. KOMETA apoya el proceso de crecimiento de una actividad económica actuando como un proveedor de servicios externo en forma de asesoramiento
profesional, aportando de este modo todo el soporte necesario para la gestión interna de la empresa, la gestión de las relaciones legales y contractuales y la actividad de marketing informático y
tradicional.
Anteriormente, Sheila estuvo como profesora de italiano y preparadora de exámenes oficiales de italiano en English2go, WeColors, Grupo Innova Información y
Sweet Learning; realizó traducciones legales y comerciales en CLI Creole Language Interpreters donde básicamente tradujo contratos y partidas de nacimiento; hizo la traducción del español al
italiano de un guion para un cortometraje en Old Port Films; localización del sitio web de Tallerator.es; traducción de poemas hispanoamericanos de español a italiano y realizó algunas
traducciones e interpretaciones en Spanish Way S.L así como ensayos económicos en Centro de Estudios Joan Bardina.
En conclusión, como podemos observar, es una traductora muy polifacética, que ha tratado campos de especialización muy diversos y esto se puede notar a continuación en la entrevista que le realizamos.
1. Nos gustaría que nos contaras brevemente por qué decidiste elegir el italiano como lengua de trabajo y qué fue lo que te llevó a estudiar esta lengua. ¿Dónde aprendiste el idioma?
En mi caso soy italiana nativa así que a la hora de empezar mi carrera de traducción elegí el español como L2 porque tenía una pasión particular por esta lengua,
por las mismas tradiciones y cultura española. Aprendí el español en el liceo lingüístico durante 5 años y luego aprendí las técnicas de traducción e interpretación en la Universidad
Mediatori Linguistici di Pisa. Los 3 años de Universidad fueron muy duros y difíciles, pero los recuerdo con mucho cariño y nostalgia a la vez. Aprendí muchísimas cosas por parte de unos
profesores altamente cualificados y viajamos incluso a Bruselas para visitar la sede de la Comunidad Europea y para aprender a trabajar como traductores e interpretes en ese ámbito. Hoy en día
tengo una gran amistad con mis dos profesoras de traducción directa e inversa de español y colaboramos en muchos trabajos o proyectos de traducción.
2. ¿En qué campos de traducción trabajas? En tu opinión, ¿qué tipo de traducción es la más demandada? ¿Y la más fácil? ¿Y la mejor pagada?
No es fácil clasificar las traducciones, ya que se podría decir que existen tantos tipos de traducciones como clases de documentos. Hoy en día, se traduce cualquier
tipo de documento: informes, libros, instrucciones, balances… Por eso, los traductores se especializan en un tipo de traducción concreta para así conocer sus complejidades y vocabulario
específico y conseguir la mayor calidad posible. En mi caso realizo traducciones de textos del castellano al italiano y del italiano al castellano; así como trabajos de edición, corrección de
estilo, corrección ortográfica y tipográfica, redacción de textos en ambas lenguas, y trabajos lexicográficos, gestión de blogs, newsletters, traducciones en diferentes ámbitos y traducciones
páginas web. Tengo experiencia en textos comerciales, folletos turísticos, páginas webs, blogs, documentos históricos, correspondencia diversa, manuales de instrucciones, manuales técnicos,
textos económicos y auditorías, entre otros.
Entre las traducciones más demandadas están las financieras y las juradas. La traducción financiera es una de las más demandadas en la actualidad. En este campo se traduce cualquier documento del sector privado que tenga que ver con la situación financiera. Es decir, se traducen balances de pagos, cuentas de pérdidas y ganancias, notas bolsas, etc.con una complejidad añadida, y es que el mundo financiero está lleno de anglicismos, por lo que el traductor debe decidir en todo momento qué término elegir. Asi mismo, deben conocer muy bien el sector y tener nociones económicas. Los traductores jurídicos se encargan de traducir documentos de empresas, contratos o cualquier documento legal (este es mi caso). Hay que tener cuidado ya que no es lo mismo que la traducción jurada. Por su parte, la traducción jurada es aquella que traduce los documentos oficiales y es realizada por un traductor acreditado por el Ministerio de Asuntos Exteriores para dicha labor, cuya traducción posee su firma y valor oficial. Debido a la complejidad de la traducción financiera y jurada y a la necesidad por parte de un traductor de una formación continua, se pueden considerar las traducciones mejor pagadas hoy en día.
Hablando de traducciones fáciles y difíciles, estas no se pueden categorizar en un sector u otro ya que depende de varios factores como la
complejidad, tipología, nivel de especialización y experiencia del traductor. Se puede decir que las traducciones generales y literarias son las más fáciles y también las peor pagadas. Dejando a
un lado la traducción literaria o audiovisual, que tienen sus propias dificultades, estoy convencida de que el futuro de la mayoría de los profesionales de la traducción pasa inexorablemente por
la especialización. Hoy ya no basta con conocer a la perfección otra lengua y dominar las técnicas y los programas de traducción. Todo esto es importante, desde luego, pero es una realidad el
hecho de que el conocimiento profundo de un determinado campo temático (la medicina, las finanzas, el derecho, la ingeniería, la arquitectura, la informática, la biología o cualquier otro) va a
ser cada vez más trascendental a la hora de hacerse un hueco en el mercado y poder vivir de esta hermosa profesión. Los traductores nos vamos a enfrentar al reto de traducir textos cada vez más
complejos. Algunas veces pensamos: ¿cómo puede un traductor profesional trabajar un día en un texto médico, al día siguiente traducir un documento legal y pasado mañana un informe sobre
agricultura, medioambiente o perforaciones petrolíferas? Todo esto se resume con una sola palabra: formación continua. Los traductores nunca terminamos de estudiar y aprender, lo
nuestro es un aprendizaje continuo que empieza desde el primer momento en que decidimos estudiar esta carrera y que sigue a lo largo de nuestra vida.
3. El italiano y el español son lenguas muy similares. ¿Consideras que esto es un inconveniente o una ventaja a la hora de traducir? ¿Alguna vez te has encontrado en la situación de no saber cómo traducir un término o una expresión?
Un alto porcentaje de estudiantes elige el italiano o el español como segunda lengua porque les parece “simpático”, “fácil” o “igual al italiano”, aunque hay que
tener mucho cuidado a la hora de traducir ya que siendo los dos idiomas muy similares es más fácil cometer errores debido a los falsos amigos. La verdad es que las dos lenguas son tan distintas
que solo con el alfabeto, la grafía y la fonética vemos que hay suficientes elementos que demuestran la lejanía de los dos sistemas, afines sólo por la raíz común del latín.
La ventaja de poder comprender el español escrito, ya menos el hablado,por parte de los italófonos y viceversa, ha creado y sigue creando el tópico de la igualdad. Lo mejor sería intentar desmontar por completo esta imagen. Fomentar continuamente esta referencia a la lengua madre parece tener un efecto contrario, o sea la búsqueda de aquellos elementos y estructuras de la lengua meta que “suenan” de la misma manera, que coinciden o casi. Así que, por ejemplo, entre “necesitar”, “hacer falta” y “hay que”, a pesar de las diferencias, recuerdan y usan “necesitar” porque es más parecido al italiano necessitare/aver bisogno. Lo mismo ocurre con los verbos de cambio: los más frecuentes, aunque inexactos, son “llegar a ser”, asociado a arrivare ad essere y por esto equivalente a diventare y “transformarse” prácticamente idéntico a trasformarsi. Lo cual indica que el problema fundamental en el que se registran las faltas más evidentes es el uso, los matices.
Sería necesario subrayar la importancia de acercarse con humildad al aprendizaje de estos dos idiomas, la misma humildad que nace espontánea cuando se estudian, por
ejemplo, las lenguas orientales. El descubrimiento de la afinidad, que tiene que ser exactamente un descubrimiento y no el punto de partida, tiene que ser, dentro del recorrido de
enseñanza/aprendizaje, una agradable sorpresa, junto a las numerosas y menos agradables diversidades.
Nunca me he visto en la situación de no saber cómo traducir una palabra en particular o una expresión coloquial en las traducciones generales o técnicas. Por suerte
tenemos diccionarios, programas de traducción asistida y sobre todo Internet. Ante cualquier duda os recomiendo buscar las palabras o frases directamente en Google y averiguar si aparece en los
textos de dicho idioma y en que contexto se utiliza. Esta es una prueba que hago cada vez que tengo una duda frente a una palabra o si tengo que elegir entre dos términos similares. Otra cosa es
la intraducibilidad de palabras o frases en la traducción poética que os explicaré más adelante. Esta ha sido sin duda la traducción más difícil a la que me tuve que enfrentar hasta ahora.
4. ¿Qué tipo de herramientas sueles utilizar para traducir? ¿Qué diccionarios o programas nos recomiendas?
Igual que los fontaneros o los carpinteros, los traductores también tenemos nuestra caja de herramientas, pero en la nuestra no hay tuercas ni llaves inglesas sino
los instrumentos lingüísticos y de documentación que utilizamos cuando traducimos. Estas herramientas pueden incluir diccionarios (monolingües, bilingües, especializados, para el aprendizaje
de la lengua, etc.), enciclopedias, atlas, textos paralelos, correctores ortográficos, gramáticas y libros de estilo, bases de datos terminológicas, glosarios, etc.
De todos los diccionarios italianos yo suelo utilizar: TRECCANI, GARZANTI, DIZIONARIO ITALIANO ONLINE, GRANDI DIZIONARI.
A continuación os dejo un listado de los diccionarios y recursos profesionales que os ayudarán mucho a la hora de traducir o para encontrar sinónimos:
AGROVOC, tesauro multilingüe de la FAO que contiene más de 40 000 entradas relacionadas con la agricultura, piscicultura, alimentación y medioambiente (inglés,
francés, alemán, español, italiano, árabe, chino, japonés, ruso, húngaro, eslovaco, polaco y más).
ELECTROPEDIA, base de datos terminológica de la Comisión Electrotécnica Internacional (árabe, chino, inglés, finés, francés, alemán, italiano, japonés, noruego,
polaco, portugués, ruso, serbio, esloveno, español y sueco).
TERMCAT, base de datos terminológica (catalán, español, francés, inglés, italiano y alemán) que cuenta con un buscador de términos, varios diccionarios en línea,
una biblioteca en línea.
Larousse, portal con diccionarios bilingües (francés, inglés, español, alemán, italiano, chino y árabe) y diccionario monolingüe de inglés. Este último contiene
definiciones, expresiones, sinónimos, dificultades y citas.
Proz, buscador de términos a partir de dudas planteadas por su comunidad de traductores o incluso de los glosarios que estos últimos publican en su perfil.
Wordreference, buscador/diccionario multilingüe (dependiendo de los idiomas, el buscador puede ser monolingüe o bilingüe) con varias combinaciones lingüísticas.
Una opción bastante útil es la de la locución de las palabras. Esta plataforma también ofrece la posibilidad de plantear dudas en su foro.
Linguee, un diccionario y buscador contextual multilingüe que ofrece más de 200 combinaciones lingüísticas. Se basa en el análisis de documentos ya traducidos y
que provienen de fuentes fiables (como el Parlamento Europeo).
Context, también diccionario y buscador contextual multilingüe. Al igual que el anterior, los ejemplos que nos ofrecen están tomados de millones de textos
previamente traducidos (diálogos, documentos oficiales de organismos internacionales y páginas web multilingües) y de diferentes registros.
Otro de los pilares de la traducción en la actualidad son los programas de “memoria de traducción”. Básicamente, son programas inteligentes que van
recordando y almacenando todo lo que traduces, de modo que facilitan la traducción de textos parecidos o iguales en el futuro, porque reconocen similitudes y te recuperan de la memoria las frases
que más se parezcan a la que estás tratando de traducir.
Hay varios programas de memoria de traducción y las diferencias de precio y características pueden llegar a ser notables.
WordFast es una de las más baratas y funciona sobre Microsoft Word (está hecho en Visual Basic). Tiene una versión gratuita, llamada WordFastAnywhere que puede
manejarse desde dispositivos iPhone yiPad.
SDL Trados es una suite de traducción desarrollada por Trados y gestionada hoy por SDL, que ofrece distintas soluciones de acuerdo a las necesidades del usuario.
Para profesionales, cuesta 676 euros y está disponible para Windows.
DéjàVu es un programa de traducción creado por Atril que tiene una versión trial de prueba por un mes. Permite crear proyectos con múltiples proyectos, ficheros e
idiomas y tiene compatibilidad con otras herramientas TAO (traducción asistida por ordenador). Disponible para Windows.
Transit NXT también es uno de los programas más usados para traducción asistida por ordenador. Distribuida por Star TS, su proceso parte de “entender” cada una de
las oraciones a partir de todo el contexto. La licencia por 3 meses cuesta 75 euros.
MemoQ también utiliza la memoria de traducción y está disponible para Windows. Tiene compatibilidad con otros programas como Trados y Transit, para procesar
trabajos anteriores que se hayan hecho desde estas aplicaciones.
Para concluir, en un diccionario podemos encontrar información de todo tipo, pero no todos lo incluyen todo. Datos que pueden incluir: significado, ortografía,
separación silábica, pronunciación, información morfológica (plurales irregulares, verbos irregulares, etc.), información sintáctica (categoría gramatical, verbo transitivo o intransitivo…),
marcas de uso (ámbito conceptual o campo semántico [gastronomía, música, náutica, etc.], irónico, arcaico, dialectal, coloquial, vulgar, sentido figurado, etc.), etimología, neologismos,
sinónimos y antónimos y un largo etcétera. Muchos de estos factores se observan mejor en los diccionarios en papel que en los de soporte digital, que son los que por cuestión de
tiempo se usan más actualmente, pero estos últimos no deberían quedarse atrás en cuanto a calidad.
5. En italiano es muy común encontrarse palabras inglesas en discursos orales y escritos. ¿Consideras que hay que traducir siempre estas palabras o que a
veces depende del contexto?
Para bien o para mal, en italiano no tenemos una institución tan influyente en temas lingüísticos como la RAE, que te haga sentir culpable y te quite el sueño por
la noche por cada extranjerismo innecesario que utilices. ¿Resultado? No solemos traducir o italianizar los anglicismos, sino todo lo contrario: usamos cuantas más palabras inglesas podamos en
nuestras frases, porque en Italia resulta más atractivo y técnico, al menos según el italiano medio. Un anglicismo en un préstamo lingüístico que se hace del idioma inglés a otra lengua. Este
préstamo se realiza o bien porque se ha hecho una mala traducción de la palabra, o porque no existe una palabra equivalente en ese idioma y normalmente se produce de forma fonética.
En la lengua castellana, en cambio, hay mucho menos anglicismos con respecto al italiano; de hecho yo soy de las que opinan que “¡los españoles lo traducen
todo!”.Cada vez que nos encontramos con un anglicismo en italiano tenemos que averiguar si existe la traducción de dicho término en español o si a lo mejor la misma palabra inglesa se
utiliza también en español. Siempre es recomendable traducir estas palabras, pero en este caso hay que hacer una búsqueda previa y averiguar si el término en cuestión se utiliza traducido al
español o si es un anglicismo presente en la lengua española.Lo único que podemos hacer para controlar el uso de anglicismos es empeñarnos en usar correctamente el idioma y tener a mano un buen
diccionario reciente para buscar cualquier palabra sospechosa. El diccionario Anaya y el diccionario Vox son recursos excelentes disponibles gratuitamente en Internet.
6. Según los campos de traducción que has tratado, ¿qué aspecto de la lengua italiana (morfología, sintaxis, léxico, frases hechas, etc.) dificulta más la labor traductológica?
Entre los trabajos que realicé el más difícil a la hora de traducir ha sido la traducción de textos poéticos. Como traductores, sabemos que una de
las cosas más difíciles de traducir es la poesía. La rima, la métrica, la cadencia, la escogencia de palabras, el ritmo: podemos pasar semanas enteras intentando traducir un poema corto. Un poema
es el resultado de la combinación única entre ciertas palabras y la musicalidad de la lengua.Sin embargo, surge otro interrogante: ¿cuánta libertad es demasiada libertad? Al
asumir que la traducción de la poesía es imposible y que, como traductores, está en nuestras manos crear un producto nuevo, ¿cuál es el límite?, si es que lo hay. La métrica es un problema porque
el traductor debe entender la función de cada metro, cada sílaba, cada rima en el sistema lingüístico de la lengua de la que está traduciendo. Sólo si lo entiende allí es capaz de reproducirlo
en la lengua receptora. La lengua receptora tiene un sistema distinto, pero la semántica de esa lengua más o menos se puede trasladar. En cuanto a la semántica, también tenemos que tener en
cuenta la naturaleza de cada lengua. Hay lenguas en las que se da una diferencia importante entre los distintos registros del lenguaje, sobre todo en la parte que atañe al léxico, mientras que en
otras esta diferencia es mucho menor. El poeta utiliza siempre este recurso en su propia poesía, y se tendría que ver reflejado también en la traducción. No considero que tenga que haber una
equivalencia exacta entre dos palabras que, pongamos por caso, puedan pertenecer a un registro literario o a un registro vulgar. Aquella palabra tiene una función en una sociedad concreta que
puede no corresponderse en la lengua de llegada. Así es necesario no sólo tener en cuenta el lenguaje sino el contexto en el que éste viene siendo utilizado.
Cada poema representa un mundo independiente y el lector se tiene que ajustar a las exigencias del mismo para después poderlo traducir. Lo que en un poema surge
como una creación quizás no funcione para el poema siguiente, donde se tiene que hacer una recreación. En un primer momento, la traslación sería el estado inicial de cualquier traducción, y a
partir de aquí empieza el trabajo para poder transmitir no solamente el lenguaje del original. El traductor también tiene que estar pensando en el público potencial de la lengua de llegada (cosa
que no tiene que hacer necesariamente el poeta al escribir el poema), con lo cual tiene que usar los mecanismos de los que dispone para poder provocar la misma sensación o una sensación parecida
a la que puede tener el lector original. Si para este fin tiene que crear el poema, en mi opinión, es completamente lícito hacerlo.
Entonces entramos en el mismo debate planteado en la pregunta siguiente, ¿hasta qué punto podemos hablar de fidelidad?
Os invito, por lo tanto, a leer mi traducción del poema “Epístola” del famoso poeta Nicolàs Guillèn y analizar la dificultad a la hora de traducir un texto poético.
El poema y la traducción correspondiente al italiano se encuentran en mi web www.sptraducciones.com en el Blog de Traducción.
7. Po último, ¿cómo conseguiste tus primeros clientes?
Antes que nada, decir que es imprescindible que el traductor esté muy formado en su ámbito de especialización; y es muy aconsejable la formación continua. Las
agencias y los clientes finales lo tienen muy en cuenta. Cuando uno ya se siente seguro, lo mejor es empezar con pequeñas traducciones e ir generando, desde el inicio, memorias de traducción
(idealmente, una para cada empresa/agencia/cliente). Hay que familiarizarse con los programas de traducción asistida y una buena opción para entrenarse con el uso de estos programas, es la de
ofrecer traducciones para ONGs. No recibirás un sueldo, obviamente, pero la mayoría se comprometen a dejarte comentarios o incluirte en la base de datos de los traductores. Es un buen punto de
partida. Y en la vida nunca se sabe, es útil tener contactos de todo tipo.
En mi caso, cuando me licencié nadie me explicó nada de marketing, SEO, redes sociales y tecnologías. Creí que solamente con la licenciatura ya había logrado
bastante y que con un par de cursos de especialización estaba en buen camino...Pero la realidad era otra: entre la crisis (que me pilló justo terminando milicenciatura), la competencia y la falta
de recursos de marketing, me perdí totalmente...¿Y ahora qué hago?, ¿enviar CV?, ¿ir a tocar puerta por puerta de las agencias de traducción?, ¿cómo me hago un hueco en el mercado?
Claro, el otro obstáculo al que se enfrentan muchos traductores recién salidos de la universidad es que todo el mundo pide
¡EXPERIENCIA!
Pero si no me dejan trabajar ¿cómo puedo empezar a tener experiencia?
Si tienes poca o ninguna experiencia en traducir, deberías empezar cobrando poco antes de hacerlo profesionalmente. Después de este período de entrenamiento, es
mejor tener unas tarifas más bien bajas porque aún no tendrás experiencia suficiente para cobrar más. Con el tiempo, y según vayas acumulando más traducciones, podrás incrementar tus tasas de
traductor desde casa y ganar más dinero.
En mi caso empecé trabajando como traductora voluntaria para el Progetto 7Lune dirigido por Silvia Favaretto, con el fin de difundir la cultura, la
música y las obras de artistas de Latinoamérica. Realicé distintos trabajos de traducción, edición y entrevistas, entre otros:
-Traducción del Epílogo y del Prólogo del Progetto 7lune.
-Traducción de los poemas de Judith Santopietro.
- Traducción del homenaje a Amilcar Colocho
-Traducción del poema EPISTOLA de Nicolás Guillén
Por su parte, el Progetto7Lune difundió mis trabajos de traducción por las redes sociales y mencionó siempre SP Traducciones como la traductora oficial de dichos
poemas o textos. El resultado fue que gracias a esta publicidad me contactaron muchas agencias y clientes atraídos por la experiencia que iba ganando en cada sector y ofreciéndome trabajos de
traducción de todo tipo. A raíz de eso, empecé a trabajar para diferentes clientes y en distintos sectores, tanto técnicos como literarios y audiovisual, y mi cartera de clientes y agencias iba
aumentando día tras día.
En los últimos años os puedo garantizar que no envié ni un curriculum y no busqué ni un trabajo de traducción porque siempre me contactaron los clientes
directamente desde los portales de traducción, desde mi página web o a través de los perfiles profesionales en las redes sociales.
Por eso, una vez hayas obtenido tu título profesional, es fundamental crear tu perfil como traductor y hacerte visible en el mercado. Te recomiendo
montar tu propia página de Internet para promocionar los servicios que ofreces y las combinaciones de idiomas que manejas. Lo que sí que es fundamental, además, es crear un
perfil profesional en redes sociales especializadas como LinkedIn para hacerte visible. Puedes utilizar también Facebook o Twitter, o crear tu
propio blog para mostrar tu interés por la traducción. Por último, no olvides tener siempre a mano tarjetas profesionales con tus datos de contacto ya que nunca
sabes en qué momento las necesitarás.
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